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Carta desde el avión: de Adeli para la escuela

Este es mi séptimo viaje a la India, tras una interrupción forzada a causa de la pandemia. Cierto es, que este ha sido un viaje distinto. He tenido la gran oportunidad de poder realizar una formación de yoga en mi amada Rishikesh, algo que deseaba hace mucho tiempo y aunque este año no he podido vagabundear libremente por la ciudad, ni perderme por sus sorprendentes calles, el espíritu de la India estaba en cada rincón de la Escuela, «Rishikul Yogshala In Spanish».

La sabiduría de los maestros unida a su gran humildad, ha hecho de este mes una experiencia para no olvidar. En la escuela se ha respirado una atmósfera de gran compañerismo. Nos hemos ayudado unos a otros sin apenas conocernos, venidos de diferentes países, pero unidos por las ganas de conocer algo que nos apasiona, el Yoga.

No es ese yoga que nos vende Occidente, sino el YOGA con mayúsculas, ese yoga del que hablaba Patanjali en sus Yoga Sutras, «Yoga Chitta Vritti Nirodha», ese yoga que nuestro profesor de hatha, Bipin, nos ha hecho sentir, a través de la conciencia en el cuerpo y en la respiración. Sus clases han sido una maravilla, la alegría y el entusiasmo han calado con fuerza entre nosotros.

bipin-rishikul

Bipin Baloni

Ashtanga Vinyasa y Hatha Yoga

Su ejemplo ha sido la mejor demostración de lo que significa la palabra » YOGA!» .
A través de las clases de filosofía de nuestro gran maestro Vimal, hemos aprendido de los orígenes del yoga, «Atha Yoga Anushasanam”, hemos conocido que esta sabiduría milenaria que es el yoga fue revelada a los «rishis” y es gracias a esta transmisión oral, de maestro a discípulo, que este saber milenario ha llegado hasta nosotros. Es nuestro deber mantener la pureza del Yoga, para que se perpetúe sin perder su esencia.

Vimal Sharma

Vimal Sharma

Filosofía del Yoga

Me quedaría corta si no menciono a Sukhmeet, nuestro profesor de pranayama, sus clases han sido mágicas. Su presencia, su dulzura, y su firmeza han dejado huella en nosotros. Hemos comprendido la importancia de la respiración, «prana»(energía vital) nos la ha hecho sentir a través de las diferentes técnicas de pranayama, y dulcemente ha calado en nuestro ser. Gracias por tu amorosa presencia y por tu humildad. Eres un ejemplo para nosotros.

Vimal Sharma

Sukhmeet

Pranayama

¡Qué decir de las clases de anatomía y alineación! Nuestro profesor Gurmeet de una manera práctica y contundente nos ha hecho conocer músculos del cuerpo que algunos no habíamos sentido nunca. En sus clases de alineación hemos aprendido mucho y cómo con la ayuda de determinados elementos podemos corregir las asanas adaptándolas a las peculiaridades de cada cuerpo ¡Magníficas sus enseñanzas!

Gurmeet Singh

Gurmeet Singh

Ajustes y alineación

Las clases de Asthanga de Mohit han sido pruebas de resistencia para algunos de nosotros, y el desafío de esta disciplina ha sido un reto para mí. Es una práctica intensa en la que tendré que profundizar más para conocerla y amarla. Gracias a nuestro profesor, porque nos ha ayudado a superarnos.

Vimal Sharma

Mohit Bhandari

Ashtanga Vinyasa Yoga

Hemos disfrutado también las clases de mantras y mudras. La cercanía de nuestro profesor Sukra ha ayudado mucho a que integremos cada uno de los mantras aprendidos en clase, y las clases con nuestro profesor de meditación han sido el postre de días duros, donde el trabajo diario y la falta de sueño a veces, han hecho mella.

Vimal Sharma

Sukra Chiantanya

Meditación, Mantra y Pranayama

Y qué decir de Rober y de Carla! El buen saber hacer de Rober en sus clases, su forma de enseñarnos de una manera distendida, su labor impecable como traductor, su sentido del humor que tantas veces ha ayudado a aligerar el cansancio producido por la intensidad de las clases, su sabiduría y su sencillez han sido como brisa fresca! La dulzura y cercanía de Carla nos han acompañado cada día, y me queda el buen sabor y el recuerdo de su amable presencia en sus hermosas e interesantes clases.

Quiero darte también las gracias Maya por tu alegría y por tu frescura, he sentido tu cariño cada día! Y no quiero olvidar a Flor por su delicada y constante presencia. He sentido tu bondad y cercanía. Has hecho una gran labor con tus magníficos reportajes fotográficos.

Agradezco mucho a Gurutze por cómo nos ha acompañado. Como una madre protegiendo a sus polluelos, nos ha acompañado cada día y ha hecho que nos sintamos seguros y cuidados, algo que es muy de agradecer cuando estás a miles de kilómetros de casa, y las fuerzas a veces flaquean a causa de la intensidad de las clases, el calor y de otras incomodidades como las diarreas u otras molestias gastrointestinales.

¡Y cómo no!
¡Gracias a cada uno de mis magníficos compañeros! Ha sido un gustazo poder coincidir. Hemos sido una gran familia. ! ¡Aprendo de cada uno de vosotros! .

En fin…

Ha sido una experiencia maravillosa poder vivir el Yoga en la tierra que lo vio nacer y hacerlo de esta manera, con grandísimos profesionales y un equipo humano digno de admiración.
Me siento muy agradecida por haber vivido esto, y te doy las gracias especialmente a ti, Carlos, mi compañero de vida, por haberme apoyado en todos los aspectos y en todos los momentos. ¡Te lo agradezco en el alma.

¡Gracias también al universo por hacer que todo esto confluya , por permitir que se sucediera!

¡Cuánto tenemos que aprender de este pueblo hindú! De la devoción que se respira por doquier, del respeto que tienen por sus animales, de las sonrisas infinitas, de la intensidad de sus miradas, de su amabilidad y de cómo nos acogen…simplemente te abren sus puertas y te hacen sentir que los conocieses de años atrás.

Hace ya un tiempo le escuché decir a Iván Oliveros (Sesha) que India es, «El país de los enamorados de Dios», creo que esta expresión traduce a la perfección lo que es esta hermosa tierra. Se puede respirar la devoción en cada rincón; en las sentidas ofrendas lanzadas cada atardecer al Ganges en sus cánticos en los Aartis.

Claro está que en este hermoso país existen también muchas otras cosas, porque India es el orden en el caos, es una mezcla de olores imposible de clasificar; es el frescor del imponente Ganges, es la vida y la muerte en su estado mas puro, es Shiva y es Sakhti! India huele a incienso y a sándalo, a jazmín y a especias picantes que despiertan los sentidos. El jazmín y el olor a excrementos de vaca se dan la mano en ecuaciones imposibles para nuestros sentidos occidentales.

En India es todo tan intenso, que llevas unas horas, y pareciese que el tiempo aquí se estirase. Todo el rato están sucediendo cosas, una mirada intensa que te atraviesa, el bullicio de las calles, los coloridos saris de las mujeres, un mendigo que pide limosna con sus ojos implorantes, una cascada de hombres atravesando el «Ram Jhula» con sus cantimploras anaranjadas… Es el estallido de la vida por cada rincón.

Es la vida latiendo a cada instante. Todos los elementos se sienten fuertemente en esta tierra, la lluvia torrencial del monzón, el fuego en las ceremonias, la tierra palpitante, y ese aire caliente y pesado que sale a borbotones de las calles para entremezclarse con la brisa fresca que destila el Ganges.

Entrar a un templo es un baño para los sentidos, es seguro que les faltara tiempo para ofrecerte un pedacito de prashat y sentarte junto a ellos para compartir unos cánticos.
India es tierra de sadhus, de peregrinos, de buscadores, de vendedores avispados que te venden lo que no necesitas. Es tierra santa de conocimientos ancestrales.

Caminando por sus callejuelas, pareciera que se ha detenido el tiempo. Es tan intensa que marea, tan amarga, que muchas veces duele. India es imposible conocerla y no amarla.
Duele para nuestros ojos occidentales ver a los niños en el suelo, descalzos, casi siempre harapientos, pero tienen tanta luz en Sus ojos, están tan vivos, que uno se pregunta quién está más en la vida, ellos o nosotros!! De cualquier manera, verlos invita a la reflexión.

Puede uno pasar horas en los ghats y observar a los sadhus y perderse en esas miradas, en esos rostros arrugados de los ancianos que ya lo han visto todo, esos ojos tan intensos que pareciese que miran desde otro lugar!

Amo a este país con su luz y con sus sombras, amo a su adorado Ganga. Uno puede quedar hipnotizado con tan solo contemplar el sereno fluir de sus aguas. Es como si los sentidos se quedasen adormecidos, entonces aparece el observador contemplando cómo aparecen los pensamientos y cómo se disuelven, y por un instante, aparece una calma fugaz.

Es mágico sentir la devoción de este pueblo, observar como día tras día cientos de hindúes acuden a purificarse en sus aguas, y como a través de sus Aartis (ceremonias) rinden homenaje a la divinidad que está presente siempre en sus vidas.

¡Gracias India por tu corazón gigante!
¡Gracias por contener tanto amor!

OM NAMAH SHIVAYA!!!

«Cartas desde el avión’
6 de agosto del 2022.

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