¿Conoces la observación de Chidakasha?

¿Y cómo se ve eso? ¿Cómo lo hago? ¿Dónde tengo que mirar? ¿Ojos abiertos o cerrados?

Preguntas como estas surgen en la mente de los alumnos cuando escuchan por primera vez Chidakasha durante las formaciones de Yoga en India en español.

Se suele identificar en yoga a Chidakasha como el espacio infinito de la consciencia, donde confluyen las otras dimensiones etéricas; Bhutakasha y Chittakasha (en otro artículo comento sobre las tres dimensiones etéricas), identificados a su vez con los tres estados de la consciencia; consciente (vigilia), subconsciente (sueño), e inconsciente (dormir profundo).

En un principio todo lo que surge en esta pantalla son contenidos inconscientes de todo tipo; visiones, recuerdos, efectos y vibraciones sutiles de la sustancia mental, símbolos abstractos, figuras, distintos grados de luz y color, o nada. Todo lo que pensamos, imaginamos, recordamos o visualizamos sucede, en un principio, en este espacio sutil etérico.

Observando Chidakasha veremos la gran cantidad de información que yace en el interior de la mente, proyectándose a través del espacio mental de Chittakasha. Por eso Chidakasha es un recurso para canalizar la atención durante la meditación y, es también, una técnica de purificación mental y, el acceso a nuestra psique más profunda.

Al mismo tiempo Chidakasha que es el espacio sin limites de la conciencia, es la ventana y, en sí misma, el espacio de la consciencia cósmica; la experiencia de la disolución del ser; el cuarto estado, Turiya, pero eso surge con la práctica constante. Como se menciona en el Yoga Vásishtha, una de las obras más importantes del Vedánta Advaita. Sarasvatí le dice a Lílá:

“(…)como el agua se mezcla con el agua para confundirse con ella, te fundirás con el espacio de la conciencia o chidákásha. Por la práctica tenaz de esta meditación, tu cuerpo llegará a transformarse en un cuerpo sutil, y podrás verlo como yo veo este cuerpo mío como pura conciencia (…)”

La práctica más común con la que se suele identificar esta ventana abierta al océano infinito de Chidakasha es en Yoga Nidra. Así que, cuando explico los diferentes pasos a seguir en el Yoga NIdra Tradicional, suelo pedirle a los alumnos de Rishikul yogshala In Spanish lo siguiente:

Siéntate, cómodo, estable. Adopta una posición que te mantenga la columna vertebral en su longitud natural: espalda recta. Adoptando un Mudra, preferiblemente uno que implique la unión de ambas manos. (a mi me va bien Yoni Mudra).

Cabeza, cuello, espalda en una línea. Recoge ligeramente el mentón, suavizando la barbilla que cae paralela al suelo, alargando el cuello por detrás. Relaja los hombros, sin dirigirlos; déjalos caer; que se asienten en su posición natural; observa cuál es. Imagina que hay un suave hilo que te sostiene tirando ligeramente de ti por la coronilla.

Suelta los músculos de la cara; suaviza sus facciones. Deja relajarse la boca, quizás un poco entre abierta con la mandíbula separada, la lengua reposa al fondo con la punta tocando la bóveda del paladar. Dejando que surja, sin forzar, una mueca de sonrisa.

Ahora que sientes el cuerpo relajado, recto y estable, lleva la atención al proceso de la respiración. Siempre es por la nariz. Toma consciencia de este proceso de respirar, de los movimientos que conlleva y dónde tienen lugar. Observa si surge alguna tensión física, dónde y que intensidad.

Con movimientos lentos y suaves haz algún ajuste de tu postura, si así lo crees, con el fin de poder permanecer, estable y relajado unos minutos en completa quietud.

Esta vez sin perder la observación de tu respiración, revisa la postura. Recuerda: la cabeza, el cuello y la espalda en una misma línea. El mentón recogido, suave la barbilla paralela al suelo.

El cuello largo por detrás. Hombros sin tensión.

Con la presencia puesta en la respiración, comenzamos a inhalar; lenta y conscientemente.

Sintiendo como se van llenando los pulmones de abajo hacia arriba. Sigue inhalando cuando creas que ya no puedes más; es como una segunda inhalación. Observa como se llena la parte superior de los pulmones. Expande y eleva ligeramente el tórax, facilitando la creación de espacio. Rota, elevando, los hombros hacia atrás.

Mantén! Ahora, antes de soltar el aire, reten un segundo. Relaja los hombros y la tensión del cuello que se ha creado en esta inhalación intencionada. Bien, sujetando el abdomen, sin tensión física, comienza a exhalar muy lentamente; alargando al máximo el aire.

Seguidamente, vuelve a tomar aire conscientemente; repitiendo los pasos anteriores:

Sintiendo como se van llenando los pulmones de abajo hacia arriba. Sigue inhalando cuando creas que ya no puedes más; es como una segunda inhalación. Observa como se llena la parte clavicular de los pulmones. Expande y eleva ligeramente el tórax; facilitando la creación de espacio. Rota, elevando, los hombros hacia atrás. Eso es!

De nuevo: antes de soltar el aire, reten unos segundos. Relaja los hombros y la tensión del cuello que se ha creado en esta inhalación intencionada. Ahora, sujetando el abdomen, sin tensión física, comienza a exhalar muy lentamente; alargando al máximo el aire. Exhalando por completo.

Repítelo cinco veces más por tu cuenta. Recuerda llenar por completo los pulmones y relajar todo el cuerpo antes de exhalar, sujetando el abdomen.

Cuando termines, respira con normalidad, dejando establecerse la respiración por si misma.

……

Observando el proceso de respirar, sin ejercer ningún dominio sobre ella. Toma distancia de la respiración que surge por si sola. Relaja las facciones de rostro. NO hay ningún esfuerzo.

Sigue observando la naturalidad con que la respiración surge sin tu presencia sobre ella; desde la distancia. Relaja los ojos, que caen rendidos hacia atrás. Como si quisieran ver hacia dentro del núcleo cerebral. Pero no los fuerces; este movimiento no surge producto de un esfuerzo sino más bien de la expresión de la propia experiencia.

Deposita relajados los ojos que caen en su propio estado. Dirigiendo la mirada hacia el interior pareciendo modificar su orbita. Pero no hay acción en este movimiento, sólo experiencia de soltar.

Ahora, presentes en la observación de la respiración, sin perder esa mirada interna, lleva la consciencia en frente de ti; como si quisieras asomarte a una ventana que se abre delante de ti, con los ojos cerrados; a través de la línea del horizonte que delimitan tus cejas. Más allá.

Se puede observar, al principio como una pantalla, pero poco a poco va perdiendo su forma hacia lo infinito. Una masa insustancial. Recuerda que no es un espacio físico sino psíquico.

Puede resultar útil inicialmente, para algunas personas, el llevar la consciencia unidireccionálmente a ese punto entre las cejas, el tercer ojo o, el Vórtice de Ajna Chakra, e ir dejando que se abra (se disuelva) paulatinamente hacia lo infinito. Un Océano insustancial de calma.

Eso es Chidakasha, el espacio de la consciencia. Donde se manifiestan todas las actividades burdas y sutiles de la consciencia; los sueños, las visualizaciones, las ideas, las visiones, los recuerdos; donde podemos observar los distintos procesos mentales de Cittakasha. Con la practica también es la experiencia de disolución en otro estado superior; el cuarto estado.

Todo muere y se evapora en este espacio de la consciencia, todo se reduce a su esencia en este espacio de Chidakasha.

Permanece observando ese espacio abierto delante de ti, pero sin pender en otro plano el proceso de la respiración. Como si no quisieras prestarle toda la atención a Chidakasha que la miras como de reojo (de pasada), aunque recuerda que los ojos están relajados, replegados hacia el interior. De esta manera evitamos el rápido poder de atracción del apego a los distintos procesos mentales.

Ojos relajados y replegados hacia dentro.

La observación de la atención en el proceso de la respiración.

La consciencia asomándose relajada hacia fuera; más allá de la línea del horizonte de tus cejas; perdiéndose en el espacio.

Sigue absorbiendo, sin reaccionar, sin forzar y sin usar el intelecto, las diferentes experiencias de estos distintos procesos. Observando de lejos la respiración. Mirando a través de la consciencia en tu espacio mental. Es en ese estado de calma, de no reacción, voy absorbiéndome hacia un espacio abierto delante; un espacio que me rodea.

En calma, desde la distancia; en esa actitud desidenfificada de testigo silencioso, podemos ver las distintas sensaciones que ahí suceden. Quizás que algún color, alguna forma abstracta y voluble, pueda surgir, quizás nada. Quizás alguna imagen, un recuerdo. Quizás nada…

Permanece sin permanecer…

Recuerda que sin forzar; siempre desde la experiencia de la relajación. Desde la quietud mental y física; desde la no reacción a los afilados elementos de atracción del apego hacia los diferentes corrientes de impresiones que fluyen en el campo mental, podemos absorbernos hacia ese espacio cósmico. Donde ni este conocimiento me pertenece.

Hari Om, Shiva Om. Shiva Om, hari OM.

Roberto de Pedro 

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3 Comentarios

  1. Melina

    Muy bueno, gracias!

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  2. María

    Muchas gracias, muy bien explicado me ha resuelto lo que buscaba

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  3. Sonia

    GRACIAS Rober. Genial explicación

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